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Saturday, July 23, 2011

Frena violencia a migrantes

Mexicanos que buscan regresar a Estados Unidos ven frenadas sus intenciones a causa de la inseguridad que se vive en las carreteras del norte del país, propiciadas por el crimen organizado.
Por Eugenia Jiménez
Milenio
22 Julio 2011

Las deportaciones masivas de mexicanos que trabajan en Estados Unidos interrumpieron el sueño americano de una mejor calidad de vida. Aquellos que han retornado a México aún mantienen la ilusión de regresar, ya sea en busca de su familia o de trabajo, y también por alejarse de la violencia.

El miedo a la inseguridad y el enfrentamiento entre las bandas del crimen organizado han provocado que las familias de migrantes que se encuentran en territorio estadunidense se nieguen a volver.

Baldomero Córdova fue detenido en Detroit, Michigan por una infracción vial. La falta de licencia de conducir evidenció su estatus migratorio ilegal. Desde hace 11 años salió del municipio de Mapimí, Durango en busca de una mejor vida. Su deportación implicó dejar a su esposa y sus dos hijos a quienes no ve desde hace 18 meses.

Se encuentra en una encrucijada, porque cruzar la frontera en este momento, significa arriesgar la vida ante la ola de secuestros y asesinatos de migrantes por parte del crimen organizado.

Otra opción es buscar trasladar a su familia a México; sin embargo, su hijo mayor de siete años se opuso, teme venir. “No quiere venir. Dice que es peligroso porque lo ve en la televisión. Es terrible”.

Con el cierre de una fábrica textil y la mina de la localidad de Mapimí, más de 350 lugareños se quedaron sin empleo en un periodo de ocho meses. Esto por la inseguridad que es el principal factor que afecta al municipio, cuya actividad principal es la avicultura, agricultura y la extracción de metales.

Una esperanza

Atendiendo un restaurante en el puerto de Veracruz, con la esperanza de una llamada para irse por seis meses a la cosecha de lechugas en Utah, Arizona, Guillermina Alvarado Cruz, de 34 años de edad, madre de dos menores, espera impaciente que la contraten nuevamente.

Durante dos años se fue, junto con más de 250 paisanos a trabajar a los campos de Arizona, donde con un sueldo de ocho dólares la hora, pudo “comprar un terrenito en Alvarado y comenzar a construir mi casa, algo mío que antes no tenía”.

Dejar a sus hijos, ahora de 9 y 15 años con quien fuera su suegra y sin el apoyo de su ex pareja fue lo más duro para Guillermina es mantener a sus pequeños con un sueldo de 50 a 80 pesos diarios que es lo que gana en Veracruz.

Sin éxito para volver

Hay otros mexicanos que han intentado retornar a Estados Unidos en dos ocasiones y no lo han logrado, como Ignacio Zúñiga de la Rosa, de 21 años originario de Duarte, municipio de León, Guanajuato, tiene su familia y su vida en los Estados Unidos.

Durante cuatro años trabajó en los campos de Stockton, California, en octubre de 2010 regresó a visitar a sus familiares, y este año ha buscado dos veces cruzar la frontera, pero lo han detenido, eso no le importa, está listo para volver a intentarlo en diciembre.

Para Mario Alberto,sus expectativas en el país vecino en un principio se cumplieron: “cuando llegué allá todo estaba rebueno, era el sueño americano, todos íbamos a corretear el dinero y a ver qué hacíamos. Antes había oportunidades, estamos hablando de diez años atrás”. Cuando llegó encontró trabajo de inmediato, y las condiciones le permitieron hallar pareja y tener un hijo que viven allá.

Un fin de semana se encontraba de paseo con su hermano, cuando el auto se quedó sin gasolina en la autopista, por lo que llamaron a una grúa. En la espera, llegó la autoridad: “se querían llevar a mi hermano, les dije que me llevaran a mí y me puse a discutir con ellos, porque los vatos empezaron a hablar cosas de que mexicanos mugrosos, y que nomás vienen a destruir al país, y puras de esas, pus también les empecé a decir cosas porque andaba borracho.

“Me llevaron a la cárcel, me salieron como siete y me rodearon y ‘A ver, ¿qué estás diciendo de los gringos? Pus le dije, usted me está diciendo, pus yo también’. Pero tú sabes que siendo en ese país un indocumentado es diferente, no tienes ID, no tienes ni nombre y si lo tienes es porque estás en la cárcel o en los registros de la policía”.

Adolfo, quien durante 25 años se dedicó a cruzar personas de origen mexicano hacia Estados Unidos manifiesta que la disminución de migrantes se debe a la inseguridad en las carreteras del norte del país, así como a los sistemas de seguridad que el Departamento de Migración de los Estados Unidos instaló sobre toda la franja fronteriza con México.

Pero no todos los mexicanos logran llegar a territorio estadunidense, tan sólo el Instituto de Atención al Migrante Oaxaqueño reportó que 87 oaxaqueños han muerto en los últimos 7 meses en su intento por cruzar.

http://impreso.milenio.com/node/8996213